domingo, 22 de abril de 2012

Anticiclón Ibérico

Izabel Goulart: sol y sombra

Ha vuelto a pasar... la industria de la moda revisa de nuevo nuestro imaginario más cañí en busca de esa supuesta pasión que nos caracteriza. Los elementos a interpretar ya se conocen: toreras en todas sus versiones, volantes en camisas, vestidos y faldas, lunares XXL, pasamanerías,... Y mucho rojo y negro.

La colección de Moschino se revela como las más obvia de todas. En Emilio Pucci se suaviza el aire español con un toque gipsy. Dolce&Gabbana siempre buscan las raíces mediterráneas. Y Missoni utiliza personajes españoles para su campaña de publicidad de su nueva colección.

Tras nuestras fronteras, el uniforme español se compone de estas vestimentas folklóricas utilizadas por nuestros toreros, cantas de copla y bailaores... Y nada se puede hacer para cambiarlo. Muchos han sido los adoradores de nuestra estética más gitana a lo largo de la historia. Los franceses Hubert de Givenchy, Christian Lacroix y Jean Paul Gaultier han recurrido a este imaginario en inmumerables ocasiones con resultados más o menos afortunados. Y los italianos Dolce&Gabbana, Roberto Cavalli y Moschino, ya sea por afinidad cultural o estilística, continúan tomando prestados atavíos de lo más variopintos. Aunque el mayor de nuestros fans se encuentra quizás en el malogrado John Galliano, que incluso salió a saludar vestido de torero en algún que otro desfile.

Ahora que sabemos que nuestro traje de gitana de la infancia quizá no esté pasado de moda, ¿cómo adaptamos estos elementos a nuestro día a día sin pasarnos de rosa? Dependerá de cuánto estemos dispuestos a ceder en pos de la tendencia poniéndonos el mundo por montera, peineta en mano... O la solución más sencilla: ¿quién no tiene un buen vestido rojo en la recámara?

MV
http://www.mvshopper.net/

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